Iba a comenzar este texto haciendo referencia a la tradición fotográfica a la que pertenece Paul Cupido, pero creo que, tras varias décadas demostrando las posibilidades de una fotografía artística y conceptual, ya puede decirse que la obra de Cupido es esa tradición. Éphémère, sin ser un libro nuevo (2019), recoge su voluntad exploratoria alrededor de temas como la naturaleza, el paisaje y su diálogo con la identidad humana. El volumen no llega a las noventa páginas, aunque son suficientes para analizar el estilo del fotógrafo neerlandés, la belleza y el misterio de confrontar los aspectos más técnicos del oficio con elementos naturales de distinta índole y detalle. Una hoja, una flor, una mano… imágenes como haikus que no parten del encuentro casual, sino de una búsqueda del efecto a través de la reflexión, tanto la suya, la de Cupido, como la de aquellas personas que las observan y desean entrar en su imaginario.
Éphémère, editado por Bildhalle, es una celebración extrema de los momentos fugaces; una selección cuidada de imágenes en las que, más allá de su evidente sensibilidad, arrojan la duda de si estamos ante la captura de un objeto a través de la fotografía o el objeto es el cebo que facilita la captura de la siempre escurridiza luz.
