Suburbia, una de las exposiciones más relevantes de la programación reciente del CCCB, también dispone de un catálogo a la altura de los contenidos expuestos. Publicación exhaustiva con textos e imágenes presentes en la muestra, el recorrido sigue las líneas propuestas del comisariado de Philipp Engel a la hora de analizar los suburbios estadounidenses que protagonizan el evento. Así, en sus páginas aparecen trabajos de Joel Meyerowitz, Bill Owens y otros tantos fotógrafos y fotógrafas relevantes, así como abundantes planos de los espacios suburbiales que explican su origen, desarrollo e implicaciones sociales, económicas y culturales a lo largo de los últimos siglos. Así, estamos ante un catálogo que, más que una selección de obras, constituye una narración consistente, ya no solo a partir de objetos artísticos, también gracias a otras producciones culturales como vehículos e icónicos electrodomésticos de periodos representativos en el desarrollo del suburbio. Porque hablamos de un imaginario muy concreto, estadounidense, alejado de lo que en nuestro continente se considera un suburbio. Las residencias suburbiales son un espacio contextual, eso sí, importado con éxito por la maquinaria americana hasta extremos que hacen a estas estructuras automáticamente reconocibles. Ejemplos del soft power propuesto por Joseph Nye que plaga las producciones televisivas y cinematográficas estadounidenses y que, como bien refleja la exposición, ha simbolizado tanta prosperidad como aislamiento y decadencia. Cada espacio se configura gracias a sus habitantes y los residentes, a su vez, están influenciados por el espacio; esta retroactividad se percibe en las obras propuestas, como ocurre con Suburban Chinatown de Jessica Chou o la estetización de la cultura de las armas de fuego de Gabriele Galimberti.
A partir de Suburbia, tanto de la exposición como el catálogo, nos surgen preguntas no explicitadas a las que la muestra trata de dar respuesta: ¿Es el barrio suburbial americano la culminación de un proceso orquestado, una artificialidad premeditada? ¿O estamos ante la evolución natural de una iniciativa urbanística que solo podía funcionar en territorio estadounidense? ¿En qué se convierte cuándo lo trasladamos a otras geografías? En cualquier caso, estamos aquí para recomendaros un catálogo que bien merece la pena incluir en nuestra biblioteca. Un producto asequible, de 200 páginas y 150 imágenes extraídas de la muestra, aparte de una serie de textos que nos guían por esta realidad fascinadora, pero a su vez, perturbadora por sus muchas implicaciones ideológicas.